Taller de Escritura Creativa

miércoles, 15 de abril de 2015

No fue la primera vez que me dejas sin palabras



A tu lado, amo
ante tus ojos 
bajo tu mirada
cabe un mundo
contigo amo
contra ti lucho en la inocencia
de un rito amatorio que se crea
desde mí.

I.S.F.

viernes, 10 de abril de 2015

Sería para siempre... o estaría contigo hasta que dijeras basta



Podemos salir a tomar un café todos los días
Y sería para siempre... o estaría contigo hasta que dijeras basta.



sábado, 7 de marzo de 2015

Cuando te vi con él sentí que mi futuro se derrumbaba



Queridísima Señora


Hoy es el primer día que voy a vivir después de haber estado contigo, después de conocer tus sensibles profundidades, de haber sentido tu olor de cerca, de haber sabido de tu infancia, protegida en la casita del campo, de haber conocido a tus hermanas a través tuyo… tus tetitas hermosas. Hoy es un día después de la sensación de que jamás te guardarás un secreto que te pregunte; porque francamente ayer únicamente eras tú. Sólo eras tú. A tu alrededor toda la vida era un mero trámite. Siempre estaba esperando a tu mirada disimulada, a poder contar algo que te hiciera reír… u oírte decir lo que tuvieras que decirme.
Al otro día_Hoy fue la primera vez que he soñado contigo. ¿Qué complicadas madejas nos estará tejiendo el destino en nuestro día a día? No he parado de pensar en ti ni un solo instante, y cuando salgo a la calle te veo igual que a una mariposa aleteando frágilmente sobre los tupidos rosedales de Salamanca. Ya no tendré minutos libres: todas mis soledades la utilizaré para recrearme en los intensos recuerdos de tu cara.

Y así fue: hoy ya es 27 de enero. Me paso toda la noche desierto pensando en ti: en cómo será la próxima vez que nos veamos. Cuándo podré invitarte un café, cuándo te podré dar el primer beso. ¿He de preocuparme por si ya quieres a alguien? Hoy no saldré, las ateridas calles, caminos y callejuelas de la Ciudad tormesina me hacen desconfiar de una posible angina. Y ya llevo unos días haciendo 10 ó 20 kilómetros cada vez. Ahora que sé en dónde vives, me voy los domingos hasta Miranda de Azán, para ver si Dios confabula un milagro a favor mío… y entonces te doy una sorpresa, mientras vas caminando con tu Jara. El domingo pasado creí verte dos veces; una en el Puente Romano, y la otra en una mujer que paseaba un labrador.
Estoy muy emocionado cada vez que te veo. Cuando termino de hablar contigo, es como si levitara por donde ando. ¿Sabes por qué continúo sin palabras para decirte lo que siento? Porque es naturaleza del alma misma el no poder conceptualizar la manera en la cual procede el amor que llega.
Pasaré cuatro días con miedo a que mi nota te haya hecho decidir que ya no puedes estar cerca de mí. Si tú estás me animo a todo. Pero temo haberte perdido por mostrarte mi amor demasiado pronto. Sentí que te perdía y se rompió el Mundo. ¿Con quién te irás de viaje? Ya sabía que tenías un hijo: me lo había presentado un comentario perdido. Me pareció que ese hijo pronto volará. Y que temes a la soledad. Amén de mis temores, mi bien, te comento que una constelación de luminosidades confabula una danza intermitente, flotando en la noche límpida. Te amaré en cada segundo que te piense… y aguardaré ansioso las hermosas noticias de tu regreso.

A la mañana siguente_Una capa de sutil neblina nocturna impregna el aura de todos los sustantivos que moran y se procrean en la alumbrada plaza de la Chinchibarra. Hoy te espié por la ventana, cuando regresé a casa luego de haberte visto. Creo que leías algo. Y pensé cómo te habrá caído esa primera carta. Cada una de sus líneas era una forma diferente de declararte mi amor. pero no te vi muy segura de quererme. En dos oportunidades se agotaron los temas y no pareciste con muchas ganas de seguir conversando. Pero me ha encantado tu abrazo.


29 de enero, 8.20 am






"Cuando te vi con él
Sentí que mi futuro se derrumbaba "





jueves, 29 de enero de 2015

Un vestido y un amor



Queridísima Señora,



24 de enero, 2015_Comienzo a escribirte hoy, día de mi segundo nacimiento, por haberme brindado tan cálida bienvenida. Por haber confiado en mí desde un primer momento… y sobre todo por tu carácter intensamente amoroso y confidencial. Quizá pueda darte este cuaderno el día en que me despida de ti, cuando hayas partido para siempre a tu Lisboa, y así te puedas entretener con estas hojas mientras aguardas el despegue de un vuelo que te alejará para siempre de mí. ¡Me ha puesto tan sensible saber que te marchabas! Me pregunto qué habrá sucedido para ese entonces: ¿Nos habremos amado? ¿Cuánto tiempo habremos pasado a solas? ¿Habré sufrido sabiendo que eras de otro? O por el contrario: ¿Cuántos poemas me habrá inspirado la dolorosa impotencia que me hará sentir el hecho de sentarme a tu lado y saber que jamás podré tenerte? Aún así habrá valido la pena cada minuto que pase contigo. ¿Nunca has besado a alguien luego de que bebiera una copa de vino rojo? La sensación es muy placentera; las papilas se contagian con un hormigueo dulzón, igual que si uno mismo se hubiera tomado el vino. Precisamente, eso fue lo que ha sucedido hoy, cuando te sentía el aroma que salía de tu boca. Y desde entonces siempre supe que no quise separarme de ti. Pero cuando me dijiste que te marchabas… se hizo un nudo en mi corazón.
Te comento un poquitito de las manuscritas que vas leyendo. Habrá renglones que entenderás más que en otros. Realmente, cansa un poquito escribir así. Hay días que completo 10 o doce cuartillas. La mano se fatiga un poco. Otras veces cuesta comenzar, es como un Ford modelo T, que uno tenía que darle cuerda al motor hasta que arrancaba. Pues más o menos así le sucede a la pluma y a la muñeca hasta que entraron en calor. Las falangitas y etas en un principio están frías. Y a lo mejor nos lleva algunos párrafos hacer la letra clarita. Así que bueno, ya se va haciendo la hora de ir a dormir, antes quería contarte un poquito sobre mi cuarto.
Siempre que escribo lo hago sobre un escritorio que se termina en un cristal fumé coqueteado con esmalte de color negro, que tiene serpenteados garabatos y también chuscas elipses dibujadas. A mi derecha, siempre está el fiel portátil, muchos cuadernos… y enfrente de mí una pared cuyo gotelé blanco lleva mucho tiempo entorpecido por un montón de anotaciones; a veces me siento como si fuera el esquizofrénico John Nash. Confieso también que durante estos días que te conocí, costará un poco conciliar el sueño: el recuerdo de tus palabras y de las románticas entonaciones de tus voces, espantarán a Morfeo, como dice la canción. Me quitas el sueño. Y ya lo ves: ahora que me voy a dormir, la redondez de estas letras acabó siendo más agradable. Se cierra el día de hoy reiterándote mi infinito agradecimiento por haberme hecho vivir un cumpleaños lleno de emociones… y repleto de tu recuerdo.



24 de enero, 2015